Quien mira la esperanza de la alegría como un nuevo amanecer puede sentir como la sencillez de un pensamiento puede ser tan cálido como un beso que te cubre rebalsándote de sensaciones…
Creía que soñar hacía del mundo un lugar hermoso, podía derribar cualquier obstáculo, enfrentándome a todo lo que amenazaba con destruir mi imagen tesoro… Era invencible…
El mundo para los soñadores es más peligroso que para otros y lo sabía… Sabía que corría ese riesgo cuando me inundaba en imágenes de fantasía y tenía sobredosis de sonrisas.
Cuando no me lo esperaba, un día sorpresivo mi peor enemiga atacó… la realidad destruyó mis sueños y a los que se resistían a morir los atragantaba en mi garganta hasta que se esfumaban inconcientes de dolor, me obligó a tragar esperanzas y ató amarguras en mi alma, acuchilló todo lo que quedó de mi…
El dolor es tan fuerte cuando todo lo que imaginas no era más que una ilusión… ilusión que se va disolviendo como una nube frente el viento. Me volví vulnerable de tanta imaginación, de vivir entre sueños.
¿Imaginas cómo se siente una rosa cuando su hermosura no refleja lo terrible que son sus espinas ni el dolor que siente al querer fundirse entre tus manos y sólo lograr hacerte daño?
Yo tuve un sueño… no se si volverá a mi o si decidió marcharse para siempre. Miro el cielo e imagino como lo vuelvo a encontrar… -espero que no te esfumes para mí, prometo soñarte tantas veces para no olvidarte pero no tanto como para alejarte-...
… intentaré imaginarte para mantenerte conmigo…
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